En un año donde por factores climáticos muchas hectáreas de maíz planificadas para siembra temprana se están pasando a tardía, las condiciones están siendo muy desafiantes para el productor. La estabilidad de los genotipos, dicen los especialistas, va a ser clave durante esta campaña para obtener el mejor rendimiento.

“El fenómeno ENSO en fase niña está haciendo coincidir, en muchas regiones, un período de pocas precipitaciones con un perfil de suelo que presentó muy baja recarga en el invierno, por lo que estimamos que esta falta de humedad llevará el área de siembra tardía a aproximadamente un 60%”, señala Tomás Curutchet, Field Marketing de Bayer.

El maíz tardío es, por lo general, un planteo productivo con muchas variables a considerar. La elección de la genética y de los híbridos adaptados, por ejemplo, es clave para disminuir el riesgo y asegurar el rendimiento. Desde Bayer, recomiendan hacer foco en varias cuestiones.

Ambiente

Las siembras tardías, en un año promedio, tienen techos más bajos de rendimiento que las siembras tempranas, pero pisos más altos, sobre todo en ambientes restrictivos, donde el productor busca hacer coincidir el período crítico del cultivo con una menor probabilidad de stress hídrico. A su vez, el ambiente al que se expone un cultivo tardío se caracteriza por condiciones de radiación y temperatura relativamente inferiores durante el período de post-floración.

Estabilidad

Los híbridos de DEKALB muestran la mayor estabilidad de rendimiento del mercado a lo largo de diferentes situaciones de lote, viéndose menos afectados por los factores de estrés. Esto se debe a la selección de germoplasmas que se adaptan a condiciones ambientales extremas y aseguran el rendimiento frente a diferentes situaciones adversas.

Perfil agronómico

En las fechas tardías es muy relevante el impacto del quebrado. Cuando el cultivo alcanza la madurez fisiológica, este se magnifica, lo cual se asocia a las condiciones en las que se da el llenado de granos y a la mayor exposición del cultivo durante la cosecha, entre otros factores. En ese sentido, los ciclos largos potencian el quebrado, según se desprende de los relevamientos que hace Bayer en más de medio millón de hectáreas de alto riesgo, con focos importantes en el norte de Córdoba. “La performance entre los genotipos es muy variable. Muchos, para mejorar la performance del perfil agronómico, bajan densidad y resignan rendimiento. Nosotros creemos que la forma más efectiva de manejarlo es a través de la genética”, afirma Curutchet.

Tizón

El desarrollo del maíz tardío transcurre bajo condiciones climáticas propicias para el desarrollo del tizón foliar, por lo que esta enfermedad es hoy la principal preocupación sanitaria: hay más de un millón de hectáreas de maíz con zonas de alto riesgo de tizón y con pérdidas de rendimiento que pueden ascender hasta un 40% en focos de alta presión. Una buena estrategia de manejo, dicen desde Bayer, es conocer el comportamiento diferencial de cada genotipo. “Hay una amplia variabilidad en cuanto a la performance y tolerancia al tizón por parte de los diferentes híbridos del mercado. Nosotros tenemos un portafolio muy competitivo. Todos nuestros materiales en etapas pre comerciales son testeados en ensayos inoculados y específicos, donde generamos condiciones predisponentes de muy alta presión frente a la enfermedad, de forma tal de garantizar niveles muy altos de tolerancia”, explica.

Ciclo

Las ventajas de ciclo se maximizan en el maíz tardío, pues el cultivo se expone menos tiempo a condiciones adversas durante el otoño-invierno. “La gran mayoría de nuestro portafolio son ciclos intermedio-corto, entre 1 y 2 puntos porcentuales de diferencia en humedad a cosecha aproximadamente respecto a otros híbridos del mercado. Además de reducir el riesgo de exposición del cultivo, mejoran el margen del productor por achicar los costos de secada, en torno a los 2 y 3 dólares por tonelada de rinde”, detalla.

Tecnología

En aquellas zonas con alta presión de lepidópteros, la tecnología juega un rol fundamental para proteger y asegurar el potencial genético de los híbridos. En ese sentido, el año pasado Bayer lanzó la tecnología VTPRO4 y este año sumó al portafolio de DEKALB la tecnología Trecepta, que combina toda la nueva generación de híbridos de alta competitividad de la marca con la más amplia protección contra insectos. “Trecepta es la última innovación en genética y biotecnología y permite llevar a lo más alto el poder productivo del maíz”, concluye el especialista de Bayer.